Huye de estos 5 errores cuando hables en público
Para no cometer un error dos veces, hay que entender qué es lo que has hecho mal. En oratoria, la mayoría de los errores tienen que ver con no ponerte en el lugar de tu audiencia, con no preparar tu presentación desde el punto de vista de quien te va escuchar y no de ti, que vas a hablar.
Una vez que has asimilado esta idea vital para ser un buen orador, es el momento de tomar nota de 5 errores que debes evitar a la hora de hablar en público.
1. No estrenes ropa ni mucho menos zapatos nuevos. El día que haces una presentación importante, tu vestuario tiene que ser tu aliado, no tu enemigo. Elige prendas de tu armario cómodas, que te favorezcan y que estés seguro/a de que te sientan bien. Unos zapatos nuevos pueden provocar rozaduras y hacerte, literalmente, la vida imposible. Un prenda de ropa nueva puede descoserse, apretarte demasiado, puede soltársele un botón, puede estropearse la cremallera… Elimina todos esos «puede» y apuesta por «ropa de confianza», que te permita concentrarte 100% en tu audiencia.
2. No sobrepases el tiempo que se te ha asignado. Cumplir tiempos es una cuestión de respeto, educación y eficacia. Se presupone que lo que tienes que contar, sabes contarlo en 1 minuto, 10 minutos o 1 hora, porque previamente se te ha informado del tiempo del que dispones. Sobrepasarse induce a pensar que no has ensayado, que no te has preparado a conciencia y que no respetas el tiempo de quienes te están escuchando o de otros ponentes que también tienen que hablar ese día. Y lo que es peor, excederte en tiempo casi siempre elimina la opción del turno de preguntas, de interactuar con tu audiencia, que es tu prioridad.
3. No cuentes todo lo que sabes, solo lo que tu audiencia debe saber. Si te invitan a dar una charla o si te eligen para hacer una presentación importante en tu trabajo, es porque se presupone que eres un experto en esa materia. Y como experto, sabes mucho. Pero eso no significa que debas compartir todo tu conocimiento con infinitos detalles. Todo lo contrario. Lo que debes hacer es seleccionar qué información, ejemplos y datos serán más útiles para tu audiencia en función de las características de la reunión o conferencia. Tu labor es investigar e identificar lo que tu público necesita escuchar de ti.
4. No abuses del personalismo. Contar historias personales o dar ejemplos en base a la experiencia de uno mismo/a es una buena técnica para conectar con tu audiencia, generar empatía y explicar conceptos a los que quieras dar especial énfasis. Pero tiene que hacerse con mesura. Cuando ensayes tu presentación revisa cuántas veces recurres a esta técnica y, con sentido común, omite momentos u opiniones personales que no aportan nada relevante a tu audiencia.
5. No sobre-ensayes, puede salirte caro. Ensayar es fundamental para hacer una buena presentación en público. Pero todo ensayo debe ser preparado con lógica. Las primeras veces ensaya optimizando tu discurso y sincronizándolo a tu Power Point, si es que lo vas a usar. Los últimos ensayos reproduce al máximo la situación en la que harás tu presentación: misma ropa, mismos zapatos, incluso ensayando en el sitio donde tendrá lugar. Pero el día anterior, o la mañana anterior si tu presentación es por la tarde, ¡ojo con sobre-ensayar! Corres el riesgo de saturarte a ti mismo con últimos cambios innecesarios que sólo incrementarán tus nervios. Y lo que es peor, pones en riesgo tu voz al exigirla un esfuerzo de última hora que puede derivar en una afonía. Las horas previas a una presentación importante tómatelas para ti, para relajarte, no para ponerte más presión, y todo irá mucho mejor, ya verás.